sábado, 15 de septiembre de 2018

El regreso, de Rosamunde Pilcher

Este verano he disfrutado como hacía mucho tiempo que no lo hacía gracias a la lectura de El regreso. Ha sido el primer libro que me he leído de la británica Rosamunde Pilcher, y seguramente no sea el único, porque me ha encantado. A través de sus mil páginas he viajado miles de kilómetros al norte, hasta llegar a Cornwall, en el sudoeste de Gran Bretaña.



Estamos en 1935. Judith Dunbar, una chica de catorce años, es acogida por una familia muy especial que marcará significativamente su adolescencia. La suntuosa casa de campo que los Carey-Lewis poseen en Cornualles, idílica región del sudoeste de Inglaterra, se convierte en su segundo hogar.


¡Qué gran placer ha sido para mí leerme El regreso! Se trata de una historia que transcurre muy lentamente, sin prisas, y es así como he leído la novela. Poco a poco, aprovechando el buen tiempo del verano para recostarme en la hamaca del jardín y leer en la más absoluta tranquilidad. Se abarcan unos diez años de la vida de Judith Dunbar, desde que a los 14 años es internada en un colegio mientras su familia ha de viajar por cuestiones de trabajo a Singapur.

"George Bernard Shaw dijo que es lástima que la juventud se desperdicie en los jóvenes. Cuando te haces viejo empiezas a comprender qué quería decir".

La autora no escatima en profusas descripciones de los paisajes, las flores, la decoración de las casitas, las comidas, los vestuarios... con lo cual mientras leía la novela, era como si yo también estuviera ahí dentro, compartiendo la hora del de té con los Carey-Lewis o paseando y admirando la belleza de la costa y el campo junto a Judith.


El personaje de Judith es un amor de persona. Desde que la conocemos se nos presenta como una chica responsable y educada, que sabe tratar con los adultos y estar siempre en su lugar. A medida que avanza la trama y va haciéndose mayor, me fue recordando cada vez más a ciertas heroínas de Jane Austen, como Elizabeth Bennet (y a mí misma), ya que la chica siempre se guarda para sí misma sus emociones, incapaz de confesar a nadie, ni siquiera a sus mejores amigas, cuál es el estado de su corazón, sus desengaños amorosos o sus enamoramientos.


Si Judith es el adalid de la discreción, la familia Carey-Lewis bien podría ser todo lo contrario. Su lujosa casa, Nancherrow, siempre está llena de invitados con quienes comparten su tiempo libre, fiestas y agradables ratos, gracias a la encomiable labor de su personal de servicio. Durante los años en que está escolarizada, Judith es acogida por la familia como una más, incluso con su propia habitación. Y así conoceremos a la pizpireta Loveday, a la fiestera Athena, al encantador Edward, y a sus padres, la elegante y bellísima Diana y al respetable y tímido coronel Edgar Carey-Lewis. Y seremos testigos de sus idas y venidas y de sus experiencias vitales. 


Nancherrow es el punto de encuentro de la mayor parte de los personajes que aparecen en la novela. Es el caso del joven doctor Jeremy Wells, del amigo íntimo de Diana, con quien comparte diversión y viajes a Londres, Tommy Mortimer; o de Gus, un escocés de lo más reservado cuya vocación es ser pintor. Todos ellos se irán haciendo un huequito en nuestro corazón, provocando que a medida que avanza el libro, queramos saber, lo mismo que Judith, qué es de ellos y cómo les va la vida.

No quiero desvelar demasiado sobre el argumento del libro, solamente os diré que al ambientarse entre los años 30 y 40, llega un momento en que la Segunda Guerra Mundial hace su aparición, lo que, de una forma u otra, afectará irremediablemente a todos los personajes de la novela.



Me ha gustado mucho cómo la autora va insertando diversas cartas y telegramas, escritas por cualquier personaje. De hecho, también hay ciertos momentos en los que el punto de vista cambia del habitual de Judith a cualquier otro, ya sea su madre, su tía, Jeremy... Lo cual está bastante bien para conocer algún retazo de sus pensamientos, aunque como digo, lo habitual es que la historia se cuente desde la perspectiva de Judith. Es más, esos momentos puntuales donde se cambia el punto de vista creaban incluso mayor expectación porque hay veces que se corta la escena en algún momento de tensión y no sabes qué ocurriría después hasta quizá cientos de páginas más adelante, cuando Judith se vuelva a cruzar con tal o cual personaje. 

La novela tiene, por supuesto, sus escenas románticas, aunque se pueden contar con los dedos de una mano, y tampoco están excesivamente edulcoradas. Por otra parte, y seguramente ya os habréis percatado de ello, no esperéis grandes acontecimientos o una acción desbordante, porque no lo vais a encontrar. El regreso simplemente nos relata el día a día de una persona normal, con sus situaciones cotidianas, y, eso sí, unas buenas dosis de dramatismo provocadas por el contexto espacio-temporal en que se ubica.

Una de las ideas que están más presentes en el libro es la de la preservación de la identidad. Judith se queda sola desde muy joven, con lo cual pierde la referencia de sus padres. Varios personajes, como la señorita Catto, o la niñera Mary, le abren los ojos a Judith para que se percate de que es ella sola la que tiene que forjarse su propia personalidad, sin dejarse influenciar demasiado por la familia Carey-Lewis, que, al fin y al cabo, no es su familia. Los consejos de ambas me parecen de lo mejorcito que contiene el libro. 

Otros dos asuntos que me gustaría destacar son las de la pertenencia a un hogar, y el hecho de mantener vivas a las personas a través de su recuerdo. El primero de ellos es, como el propio nombre de la novela indica, su tema principal. Judith no es capaz de sentirse del todo realizada hasta que no consigue tener un lugar propio, un lugar que es de ella y de mucha más gente, un lugar que rememorar si está lejos de casa, un lugar que sea sinónimo de calidez, de cariño, de familia.

Cuando llegué a la última página, sentí una gran tristeza porque si por mí fuera, habría seguido leyendo más y más, habría seguido conviviendo con Judith en la maravillosa Dower House y su casita del jardín hasta que hubiera sido una viejecita tan encantadora como la tía Lavinia.

"Este día nunca se repetirá. Tú y yo a solas, en este lugar, en este momento Las cosas sólo ocurren una vez. ¿Nunca lo has pensado, Judith? Puede ser algo parecido, pero no lo mismo".

Si os pasa lo mismo que a mí, os comento que he visto por Internet que hay una adaptación de la novela, con Peter O'Toole , Emily Mortimer y Keira Knightley como protagonistas, Coming Home, e incluso una secuela titulada Nancherrow. En youtube se pueden ver algunas escenas, y por si os interesa, en ebay se venden ambas baratísimas.


Mi puntuación:




Fuentes de las fotos: (1), (2), (3), (4), (5)

13 comentarios:

  1. Magnífico post!! me ha dado ganas de leerme el libro ahora mismo. Sin duda ahora está en lista.
    besos
    It's all in my mind

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  2. Qué interesante! A mi me ha pasado igual que a Marta, me han dado ganas de leerlo ahora mismo! Pasa ahora mismo a mi wishlist!
    Besos.

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  3. Rebeca que preciosidad de post!
    Sin duda un homenaje magnífico a esta novela tan especial. Si es que me has dado ganas de leerla de nuevo, y eso que no hace mucho que la leí :)
    Enhorabuena, me he enamorado de todo, y esas imágenes...son un sueño!
    Lo que daría yo por tener una casa con ese salón.
    Muchos besos!

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  4. Uy uy uy!! esta me va a gustar, me la apunto. Gracias guapa.

    Besos.

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  5. ESte libro me encantó! qué bonito es y tienes toda la razón en cuanto al personaje de Judith, es un encanto pero no empalagoso. De esos personajes que adoras desde el principio y que te caen genial! Una historia preciosa y no sabía lo de la peli!! Voy a buscarla pero ya mismo!

    Y coincido con Marie con esta entrada me han dado ganas de volver a leer la novela!!

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    Respuestas
    1. Pues yo el otro día, justo tras escribir el post, estaba tan borracha de amor por la novela que me metí en ebay y me he comprado las dos pelis, aunque no tienen ni subtítulos y tampoco han de ser muy buenas, pero me da igual, las veré como sea, jajaja :D Muchas gracias por pasarte! Besos!!

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  6. Hola Rebeca!!
    Te devuelvo la visita: he estado curioseando por tu blog, y de repente me encuentro esta entrada preciosísima sobre uno de mis libros favoritos, que también fue el primero de Pilcher que leí, y claro, aquí me he quedado :)
    Me encantó este libro, qué bonito, qué descripciones, qué personajes tan realistas (Judith de hecho, curiosamente ha vivido muchas de las cosas que le han sucedido a la autora), qué gozada encontrarnos novelas así!

    Coincido con las demás en que me apetece volver a leerlo, quizás en inglés, si me atrevo.

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  7. Me puede decir alguien como se acava ..my.libro solo tenia 989 paginas..

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  8. Hace muchos años que conozco los libros de Rosamund Pilcher y te los recomiendo todos, de verdad que valen la pena. Transmiten una paz, una tranquilidad, optimismo, me relaja muchísimo leerlos. El Regreso lo leí hace muchos años, concretamente en el 1995 cuando salió, lo recuerdo bien porque estaba embarazada de mi primera hija y llevaba un mal embarazo, este libro me ayudó a olvidarme de esos desagradables síntomas de una embarazada y disfrutar.

    Lo volvi a leer el verano pasado y no me decepcionó, lo vi con otros ojos y lo disfruté muchísimo.

    Me encantaría ver la película, no tenía ni idea de que existía.

    Me encanta las fotos que acompañan a tu post.

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